Sucedio una vez que estaba tratando de comprender los misterios del hombre y mientras meditaba, me encontre en el medio de dos ciudades. Era muy tarde en la noche y todo estaba oscuro. Estas ciudades eran muy diferentes pero de cierta manera, se parecian. Quise observar lo que pasaba y vi a dos hombres, cada uno en una ciudad diferente.  En ambos lugares habia una luz encendidad y ambos hombres estaban trabajando muy fuerte. Eran zapateros y ambos dijeron al mismo tiempo:
" Quiero conquistar la otra ciudad porque nadie vale la pena el esfuerzo que hago aqui." Lo que era curioso era que ambos querian conquistar no su ciudad, sino la ciudad frente a ellos. Por capricho del destino, estos hombres habian sido separados desde que nacieron juntos como mellizos pero desafortunadamente al perder sus padres, fueron separados y fueron dados a dos buenas y trabajadoras familias quienes los habian criado y ayudado a convertirse en zapateros.  Y por un mayor capricho del destino, ambos hacian el mismo modelo de zapatos.
Ellos iban y venian de una ciudad a la otra, trabajando muy duro y les iba muy bien, vendiendo su coleccion de zapatos. Pero ellos siempre se veian a si mismos como que nadie apreciaba su trabajo en su ciudad sino en la otra ciudad. Y no sabian que cada uno de ellos suplia la otra ciudad. No se habian dado cuenta que los zapatos que se vendian en la otra ciudad eran iguales a los que se vendian en su ciudad.
Entonces, yo pude comprender que el hombre se limita a si mismo al pensar que nadie lo aprecia. Y tambien piensa que tiene que hacer un esfuerzo extraordinario para alcanzar alguna estabilidad y no se da cuenta que la mayor paz, tranquilidad y alegria se encuentran en sus propias manos. El mira mas alla pero en realidad todo esta siempre aqui, no distante.